domingo, 21 de junio de 2015

Crrónica: de Pollença al faro de Formentor

Hola!
Hace algo más de un mes, hicimos el "extra point" para poner la guinda al pastel que ha sido recorrer la GR221. Completamos el tramo que le falta a la conocida ruta hasta llegar al faro de Formentor y así pararnos donde ya no hay más isla por caminar. De punta a punta.
Se me ha pasado mucho el tiempo entre unas cosas y otras pero bueno, ahora que empezamos a hablar de ir a hacerle nuestra visita anual al Torrent de Pareis, se me ha despertado la necesidad de colgar la crónica de aquella última excursión.
Así pues, aquel pasado sábado 9 de mayo nos levantábamos más pronto de lo habitual y poco después de las 7 de la mañana ya dábamos nuestros primeros pasos desde el puente romano de Pollença en dirección al mar, hacia donde nacía el sol en una bonita mañana de primavera aunque aún algo fresca, eso sí.
Siguiendo el camino de Llenaire, fuimos al principio entre bonitas casitas de campo buscando las zonas soleadas para desperezarnos. Siempre con un ojo puesto en el tráfico, más intenso de lo que esperábamos, poco a poco se empezaba a despejar la vista, dejábamos atrás la urbanización y los árboles de sus jardines hasta que se nos abrió totalmente frente a nosotros el mar, aún a lo lejos, y el sol que ya se elevaba haciéndose notar en la temperatura. A la izquierda asomaba el Cavall Bernat, con su figura siempre imponente.
Una hora y media después de que dejáramos Pollença, llegábamos al Port.
Nos acomodamos en uno de los bancos del paseo junto a la playa y frente a un mar totalmente en calma y una arena aun desierta, paramos a descansar y merendar.
Lejos quedaba aún el lucero del norte insular así que, sin perder demasiado tiempo, seguimos nuestro camino.
A media mañana el calor ya había anunciado su presencia e intentábamos buscar las sombras que se acabaron cuando desde la última rotonda comenzábamos el ascenso ya sobre el asfalto de la carretera de Formentor y para darnos la bienvenida, un panel nos informaba de los 18 largos kilómetros que aún nos faltaban para conseguir nuestra meta.
Desde la cuesta sin fin que estábamos recorriendo, lo más bonito era girarse atrás para disfrutar de unas vistas estupendas del Port de Pollença que lucía espectacular con sus colores azul, blanco y verde, del mar, las casas y barquitas y los árboles de Tramuntana que llegan hasta aquí.
Una hora después, llegábamos, al fin, al mirador del Colomer. Muy animado ya de turistas, bicicletas, coches... y tres senderistas jeje
Fuimos a fotografiar el momento hasta el borde del acantilado junto al islote, y la peña del Fumat aparecía por encima de todo, como volcada hacia la carretera, marcando el siguiente hito a conseguir.
Después de tomar un pequeño refrigerio, salíamos en descenso hacia la playa de Formentor, al principio siguiendo por la carretera como habíamos hecho hasta ahora desde que dejamos el coche, pero de pronto, dimos con una indicación que nos lanzó por un sendero bajo los pinos que nos alejó del tráfico por un rato.
El bonito camino, aunque algo descuidado, nos dejó descansar del estresante ruido del ir y venir de coches, bicicletas y demás que ya recorrían esta zona a estas horas llevándonos a la sobra del pinar hasta pisar la blanca arena de Formentor.
Esta playa que ha llegado incluso a ser protagonista en anuncios publicitarios y uno de los puntos de reclamo turístico por excelencia de Mallorca, la verdad es que en pleno verano, no vale tanto la pena como pudiera esperarse. Pero a primeros de mayo, como era este el caso, era una verdadera delicia. La poca gente que había y la decena de atrevidos bañistas no entorpecían en absoluto disfrutar del blanco radiante de la arena y del mar transparente que acariciaba la orilla. Algunas barcas se habían acercado y salpicaban de blanco ahí donde las algas oscurecen el agua y las gaviotas se paseaban de un lado al otro del arenal esperando encontrar algo sabroso que llevarse al pico.
Fue un instante balsámico donde el tiempo se detuvo, en él se quedó el cansancio y el pensamiento del camino que aún nos quedaba y nos dejamos llevar por el frescor y la calma del momento.
Dejamos atrás la playa y nos adentramos por un paisaje absolutamente distinto. Después de atravesar el párking, seguimos por una pista ancha de una mezcla de arena y tierra, rodeada de pinar y matas bajas todo siempre muy descuidado, muy caótico, donde unas balizas de madera con unas simples rayas de colores intentaban orientarnos por dónde seguir.
Poco después se abría el terreno por donde lo que parecía que había sido usado para acumular material de construcción. Impregnado de una capa de polvo que a todo le daba un color terroso empeorado por los restos oxidados y destrozados de depósitos de hormigón. Un poco lamentable.
Seguíamos fiándonos de los palos de colores por un camino de grava blanca y piedras, cada vez ascendiendo más hasta que conseguimos ver la parte sur del Fumat señal que nos hizo pensar que nos habíamos equivocado. Deshaciendo un pequeño tramo, recuperamos el camino correcto y, siguiendo los pasos de un grupo de extranjeros franceses, poco después llegábamos junto a la carretera de nuevo.
Seguimos por la carretera con los franceses como si de una extensión de nuestro grupo se tratara hasta pasar a los pies del Fumat atravesando el túnel que nos dejó junto a la bajada y las vistas preciosas de la playa de Cala Figuera que radiaba un azul espectacular.
Mientras nos costaba separar la vista de la calita, nos encontramos con las primeras indicaciones del camino viejo del faro, uno de los motivos por los que habíamos decidido hacer esta larga excursión. Sobre el mapa, mientras que la carretera serpenteaba camino al faro, el camino viejo lo hacía relativamente recto salvando los zigzagueos de la ruta asfaltada, así pues, en cuanto vimos claro el camino, allá que nos fuimos.
En esos momentos la presencia de árboles se había convertido en algo casi excepcional. El camino seguía un sendero totalmente empedrado aunque difícil de caminar para los pies ya que no había ni una sola piedra que no andara suelta y el sol nos empujaba con fuerza hasta la última gota de sudor. En uno de esos tramos de piedra, escondido tras algunas elevaciones de rocas apareció, por fin, la figura del faro, a la vez tan cerca y tan lejos. Fue en ese instante la primera vez en que nos vino a la cabeza el pensamiento de desde dónde había empezado todo, lo lejos que estaba este lugar hace unos meses y lo cerca que lo teníamos ahora.
Nos dio fuerzas para completar el primer tramo del camino, y después de otro corto recorrido por la carretera, se presentaba un nuevo desvío para seguir la ruta del camino viejo y, con el faro ya casi al alcance de las manos nos pensábamos que a penas un momento nos separaba de él aunque no fue así.
El sendero seguía incaminable, como todo él, lleno de piedras sueltas, ramas desprendidas, en algunos casos árboles enteros nos cortaban el paso y por último, cuando veíamos que habíamos ascendido incluso más arriba que el propio faro, nos esperaba un descenso en zig-zag por una ladera prácticamente desmoronada justo donde ya no había más isla por donde llevar el camino.
Así pues, cuando volvimos a poner los pies sobre el asfalto, decidimos que, ciertamente, la manera más rápida y fácil de haber recorrido el último tramo, hubiera sido por la carretera, este camí vell está tan descuidado que apenas se tiene en pie. Una lástima.
Aún así, casi 8 horas después de comenzar esta excursión, cuando el sol apenas asomaba por el horizonte, subíamos los peldaños que nos daban acceso a la explanada del faro de Formentor.
El mar Mediterráneo nos paraba al fin los pies.

Acababa así una excursión que firmaba el final de esta temporada en la que hemos recorrido la isla de una punta a la otra, de un límite al otro, de un horizonte al otro. Y nos sentimos orgullosos de ello.
Caminets de Mallorca se despide hasta que el otoño haya llegado con la excepción del Torrent de Pareis que nos espera cada verano.
Hasta la próxima.
Víctor






Distancia: 30,00km
Tiempo: 7h 48min
Distancia total acumulada: 168km 040m
Tiempo total acumulado: 2d 18h 08min

Mapa de la ruta, clicar al enlace
de Pollença al faro de Formentor

Gráfica de altitud
(Clicar en la imagen para ampliar)