domingo, 11 de noviembre de 2018

Fonts Ufanes y Biniaraix

Hola!
Comienza la temporada 2018 / 2019 para CdM.
El pasado sábado habíamos decidido romper nuestra sequía caminadora y salir a pasear.
En esta ocasión preparamos un híbrido, cosas raras, para variar. Ya que nos acompaña un otoño bastante lluvioso, pusimos sobre la mesa la sugerencia de ir a disfrutar del discurrir del agua que pocas veces se da en la isla, tristemente.
Así que decidimos visitar el curioso brotar de las aguas subterráneas en las Fonts Ufanes y posteriormente nos acercamos a Biniaraix, vecino de Sóller, a ascender parcialmente el torrente que lleva su mismo nombre.
Así pues, a eso de las 7.30h de la mañana, salíamos en dirección Manacor, donde pararíamos un instante a surtirnos de víveres antes de seguir nuestro camino a Campanet en el norte mallorquín. Junto a este pueblo del Raiguer se sitúa la finca Es Gabellí y en una porción de la misma, ahora propiedad pública, surge el fenómeno de las Fonts Ufanes.
Después de dejar el coche junto a la ermita de Sant Miquel, caminamos unos minutos hasta pasar la barrera que da acceso a la finca donde desde el primer momento, se nota el cuidado del entorno preparado para la alta afluencia de visitantes en los días en que el agua surge de la tierra.
Comienza el recorrido por un amplio camino forestal junto al curso del torrente de Sant Miquel que ya nos anuncia con su caudal, que nos espera un bonito espectáculo natural.
Poco después de pasar las casas de Es Gabellí, nos adentramos en un bonito encinar que, en Mallorca, siempre esconde cosas bonitas, y poco después llegamos al lugar donde se produce el fenómeno hidrológico natural de Les Fonts Ufanes.
Después de pasar junto a, quizá, la única antigua caseta de carbonero restaurada de la isla, llegamos a un grupo de rocas desde donde brota gran cantidad de agua con un precioso estruendo que lo silencia todo, formando así el torrente de Costurer que a los pocos metros se bifurca perdiéndose entre las encinas.
Por un momento parece uno encontrarse rodeado del borboteo del agua allá por donde mire ya que por donde no nace, corre el agua y en casi todas direcciones, sobre rocas y plantas sin un canal definido.
Siguiendo el camino, más allá del ¿necesario? Centro de Interpretación que se anda finalizando, encontramos más tramos húmedos y agua discurriendo entre la vegetación que vienen a formar el segundo torrente de la zona que nutre al de Sant Miquel, el de Sa Mina.
Caminamos por el camino y vamos completando la corta ruta circular de vuelta al inicio, mientras nos vamos cruzando con los primeros visitantes que llegan a las horas más habituales para este tipo de lugares y que, por fortuna, nosotros conseguimos evitar.
Volvimos a la carretera pasando de nuevo por el pequeño portal y de vuelta junto a la ermita, aprovechamos el sol de una bonita mañana para merendar.
Muy ricas son estas empanadas manacorinas que nos alegraron el estómago y nos llenaron de energía para la segunda parada del día.
Volvemos a la carretera en dirección Palma, desviándonos hacia Tramuntana y, atravesando el liberado túnel, llegamos a Sóller.
Después de intentar sortear el laberinto urbano, dejamos el coche junto a un antiguo lavadero e iniciamos, algo desorientados, el camino hacia Biniaraix que finalmente alcanzamos dejando atrás el bullicio de Sóller y adentrándonos en las bonitas calles de este pequeño pueblo a los pies de las montañas.
Bajo un brillante sol de mediodía, salíamos de las calles de Biniaraix por el camino rural que nos lleva hacia el torrente que venimos a visitar, como otras veces hemos hecho, pero esperando disfrutar en este día de la compañía del agua.
Y así fue, desde el primer momento que pusimos los pies sobre el empedrado sendero junto al torrente, el agua que desciende por él fue protagonista.
Cruzamos el primero de los puentes que ayudan a sortear el cauce cuando el agua lo cubre, cubriéndonos de la sombría ladera norte de Tramuntana, a lo alto Els Cornadors vigilan nuestros pasos.
El camino del barranco acompaña al torrente que nos alegra el ascenso con sus saltos de agua y piscinas llenas a rebosar con un agua clara y fresca. La vista apenas se separa del espectáculo que nos ofrece la temporada de lluvias en este lugar lo que nos ayuda con el esfuerzo sobretodo después de tanto tiempo sin caminar rutas de este estilo.
Poco a poco salimos de la espesura y se abrió una bonita vista del valle y del sendero que dibujaba un cordón gris entre las paredes del barranco.
No mucho después, desviándonos al interior de un oscuro encinar, llegábamos a nuestro objetivo, el Gorg de Can Catí.
Junto a un pequeño y pintoresco puente y los restos de un horno de cal, se encuentra el salto de agua de Can Catí que llena una bonita poza desde donde sigue su curso el torrente de Biniaraix en su camino hacia el mar. Aquí nos detenemos a envolvernos con el soplo húmedo que despide la caída del agua y disfrutar de un corto pero merecido descanso.
Antes de que el frío nos calase, decidimos emprender el regreso y buscar un bonito y cómodo lugar para comer durante la bajada pero debido a lo fácil que es caminar en descenso en comparación con el ascenso, pronto estábamos en las proximidades de Biniaraix, cosa que también notamos por el incremento de gente que nos encontramos en dirección al barranco.
Así pues, casi sin darnos cuenta, dejábamos atrás el pequeño pueblo y caminábamos ya por las complicadas calles de Sóller cambiando el arrullo del agua por el estridente ruido humano que nos acompañó en procesión hasta el lavadero donde teníamos el coche esperando nuestro regreso.
Antes de partir, decidimos comer, ya que eran las dos de la tarde, quizá no era el mejor lugar para ello pero encontramos un lugar decente cobijados en los peldaños bajo el cobertizo.
El pan del día, el fuet, el paté picante y el chocolate pusieron un sabroso final a esta primera excursión que nos alegra mucho compartir.

Hasta la próxima!
(Datos sólo del torrente de Biniaraix)

(Clicar en la imagen para ampliar)










Fecha: 3 de noviembre de 2018
Distancia: 10km 150m
Tiempo: 3h 44m
Mapa de la ruta: Torrent de Biniaraix
Álbum de fotos: Fonts Ufanes y Biniaraix